miércoles, 26 de agosto de 2015

La escasez del agua

Las fuentes, los manantiales, las cuencas y cañadas están en acelerada vía de extinción, debido a cambios de clima y de suelo, inundaciones, sequías y desertización, aunque es la acción humana la más drástica: ejerce una deforestación delirante, ignora los conocimientos tradicionales sobre todo de las comunidades indígenas locales, retira el agua de los ríos de diferentes maneras, entre otras con obras de ingeniería, represas y desvíos.

En la agenda política internacional el tema de la escasez del agua se ha vuelto prioritario, el acceso al agua es un punto importante de los acuerdos de paz entre Israel y sus vecinos. Pero este aspecto no está confinado al Medio Oriente, puesto que el compartir ríos es un asunto de índole de seguridad nacional, precisamente por la importancia del agua para el desarrollo; actualmente cerca del 40% de la gente en el mundo vive en más de 200 cuencas de ríos compartidos.
Y es que ante una situación de escasez del agua la amenaza se cierne sobre tres aspectos fundamentales del bienestar humano: la producción de alimentos, la salud y la estabilidad política y social. Esto se complica aún más si el recurso disponible se encuentra compartido, sin considerar el aspecto ecológico.
Es por esto que, la gestión del recurso deberá tender a evitar situaciones conflictivas debidas a escasez, sobre-explotación y contaminación, mediante medidas preventivas que procuren un uso racional y de conservación.
La conceptualización de la conservación del recurso del agua debe entenderse como un proceso que cruza a varios sectores, por lo que la estrategia debe considerar todo: lo económico, lo social, lo biológico y lo político.
La calidad del agua son fundamentales para el alimento, la energía y la productividad. El manejo juicioso de este recurso es central para la estrategia del desarrollo sustentable, entendido éste como una gestión integral que busque el equilibrio entre crecimiento económico, equidad y sustentabilidad ambiental a través de un mecanismo regulador que es la participación social efectiva. El agua es un recurso imprescindible pero escaso para la vida. Menos del 1% del agua del planeta es dulce y accesible para el hombre, aunque este porcentaje varía considerablemente según el lugar, el clima o la época del año

La contaminación del agua

La contaminación del agua por tuberías de desechos debe ser controlada de alguna manera.

El déficit local y regional de agua es debido, sobre todo, al aumento de las necesidades surgidas del desarrollo económico y de la explosión demográfica. El hombre ha utilizado el agua para fines cada vez más numerosos, y su dependencia de ese elemento no ha hecho más que crecer.
El recurso agua es cada vez más apreciado, tanto para uso doméstico industrial o agrícola. Su escasez, sobre todo en las zonas áridas y semiáridas, la sitúan como prioridad vital para el desarrollo de las poblaciones: "si no hay agua, no hay vida".
Hay muchos programas emprendidos para el uso racional del vital líquido; sin embargo; gran parte de ellos adolecen de objetividad, ya sea por su difícil aplicación o por el elevado costo que representan; es más, se ataca el problema desde puntos de vista sofisticados (se piensa que el modelo más complicado es el mejor); sin embargo existen oportunidades valiosas que están a nuestro alcance, que solo requieren ser visualizadas, un tratamiento técnico simple y "conciencia de todos".
Mucho se habla de las plantas tratadoras para reutilización del agua en ciertas actividades donde no se requiere la calidad de potable (dado el acondicionamiento de las aguas degradadas). Hemos olvidado que también hay desperdicios que no están a la vista y por ello no les ponemos atención.
Adicionalmente, la contaminación causada por los efluentes domésticos e industriales, la deforestación y las prácticas del uso del suelo, está reduciendo notablemente la disponibilidad de agua utilizable. En la actualidad, una cuarta parte de la población mundial, es decir, mil quinientos millones de personas, que principalmente habitan en los PED (Países en Desarrollo) sufren escasez severa de agua limpia, lo que ocasiona que en el mundo haya más de diez millones de muertes al año producto de enfermedades hídricas.

domingo, 16 de agosto de 2015

La falta de agua potable, un problema creciente

Se calcula que en la Argentina hay 8 millones de personas que no tienen acceso al agua, mientras que a nivel mundial el número aumenta a 900 millones de seres humanos. Un problema que en vez de bajar aumenta día a día y preocupa para el desarrollo y crecimiento del país y el mundo

La falta de política ambiental es un tema que sacude no sólo a la Argentina, sino a todo el mundo. La poca eficiencia en el manejo de los recursos por parte de los diferentes estados, ha llevado a que las sociedad vivan situaciones realmente difíciles sin que por el momento se efectivicen sus reclamos en acciones concretas para solucionar sus problemáticas.

Según datos brindados por organismos nacionales e internacionales, en el mundo hay alrededor de 900 millones de personas que no acceden al agua potable, de los cuales 8 millones son en la Argentina, donde la falta de inversión por parte del Estado y de las empresas privadas prestadoras del servicio son los principales inconvenientes a la hora de llegar a la ciudadanía.

El agua es vital para el desarrollo de la vida en la tierra y es un derecho que pertenece a todos los seres vivos en el planeta. En nuestro país se estipula que hay más de 15.000 Km cúbicos de agua contaminada en el mundo porque a diario se arrojan desechos a ríos, lagos y arroyos que superan los 2.000.000 (millones) de toneladas. La Argentina tiene a sólo el 50% de los hogares con cloacas y hay algunas provincias donde más del 80% de los hogares no cuenta con ese servicio.

Según diversos estudios, el uso del agua se multiplicó seis veces a lo largo de último siglo, el doble de lo que aumentó la población, aunque sólo una parte modesta de los recursos hídricos globales se dedica al consumo humano y la higiene (el 10%). El 70% se destina a producir alimentos y el resto se emplea en los procesos industriales, y se necesita para producir energía hidroeléctrica y enfriar centrales térmicas de electricidad.

La superficie de agua sobre el planeta supera abundantemente a la continental y  más del 70% corresponde a mares y océanos, pero esta abundancia es relativa. El 97,5% del total existente en el planeta es agua salada, mientras que solo el 2,5% restante es agua dulce.

Acuífero Guaraní 
Del porcentaje total de agua dulce casi el 79% se encuentra en forma de hielo permanente en los hielos polares y glaciares, por lo tanto no está disponible para su uso. Del agua dulce en estado líquido, el 20% se encuentra en acuíferos de difícil acceso por el nivel de profundidad en el que se hallan (algunos casos superan los 2.000 metros bajo el nivel del mar). Sólo el 1% restante es agua dulce superficial de fácil acceso. Esto representa el 0,025% del agua del planeta.

Una de esas reservas naturales es sin duda el Acuífero Guaraní que se encuentra en territorio perteneciente a nuestro país, Brasil, Uruguay y Paraguay. Este Acuífero tiene 132 millones de años y su extensión es de 1,2 millones de kilómetros cuadrados y el volumen de agua almacenada es de 37000 Km . cúbicos y cada kilómetro cúbico es igual a un billón de litros. El volumen explotado actualmente es de 40 a 80 Km . cúbicos por año. Técnicamente éste Acuífero abastecería una población del orden de los trescientos sesenta millones de personas, con una dotación de 300 litros diarios por habitante.

Los grandes especialistas en este tema, se encargan de remarcar que las autoridades nacionales y provinciales, todavía no se han dado cuenta de la importancia estratégica que tiene el Acuífero Guaraní para los intereses de la Nación , ya que parecen mirar para otro lado mientras la Argentina está entre los países con mayor cantidad de recursos de agua potable, lo que la deja bien parada de cara al futuro.

Un documento del año 2000 realizado por la Unesco y la Organización Meteorológica Mundial, señalaba que “la disponibilidad de agua dulce es uno de los grandes problemas que se plantean hoy en el mundo y, en algunos aspectos, es el principal. Durante los próximos 50 años los problemas relacionados con la falta del agua o la contaminación de masas de agua afectarán prácticamente a todos los habitantes del planeta”.

Desde la propia Unesco, enfatizan que más de 2.200 millones de habitantes de los países subdesarrollados, la mayoría niños, mueren todos los años de enfermedades asociadas con la falta de agua potable, saneamiento adecuado e higiene. Además, casi la mitad de los habitantes de los países en desarrollo sufren enfermedades provocadas, directa o indirectamente, por el consumo de agua o alimentos contaminados, o por los organismos causantes de enfermedades que se desarrollan en el agua. Con suministros suficientes de agua potable y saneamiento adecuado, la incidencia de algunas enfermedades y la muerte podrían reducirse hasta un 75%.
 
El derecho humano al agua potable marca un momento importante en la historia de los Derechos Humanos. Por primera vez el agua es reconocida de forma explícita como un derecho humano fundamental. Los 145 países que ratificaron en noviembre del 2002 el CESCR International Pacto sobre Derechos Económicos, Sociales y Culturales, están obligados a asegurar progresivamente que todos tengan acceso al agua potable segura, de forma equitativa y sin discriminación.

El derecho al agua no estará garantizado en la medida que siga existiendo contaminación de los cursos de agua así como de las napas freáticas, tal como ocurre en muchas zonas de la Argentina y del resto de la región latinoamericana. Es decir que el derecho al agua está indisolublemente vinculado a la cuestión ambiental.

Al no haber una solución definitiva por parte de las autoridades a este tema, el planeta se va achicando y millones de niños mueren cada año por la escasez de este recurso fundamental para la subsistencia y por el alto grado de contaminación que la misma contiene. El agua dulce es limitada, por lo tanto se requiere de acciones conjuntas entre todos los actores de la sociedad

Agua con mal olor en Bahía Blanca

BAHIA BLANCA.- Desde hace quince días, 300 mil bahienses reciben agua con olor a insecticida en sus casas. Por eso, para beber e higienizarse muchos de ellos hacen cola en pozos públicos, con recipientes de todo tipo como si se tratase de la época colonial.

Marchas de protesta por las calles de Bahía Blanca
en reclamo de la prestación de agua.
El mal olor provendría de la combinación del cloro que se utiliza para eliminar las bacterias y las algas acumuladas en el dique.
En los últimos días disminuyó el aroma en relación con las primeras jornadas, pero -según los análisis de la División de Bromatología de la municipalidad- también disminuyó el cloro.
Entienden los técnicos que esto hace más peligroso el consumo del agua, porque aumentaría el potencial bacteriológico. Pero el ministro Mussi dijo que "el agua se puede consumir".
Azurix SA se hizo cargo del servicio a principios del año último. Seis meses más tarde, en julio, enfrentó el primer problema con la mencionada coloración del agua. La promesa de que el pago de ese servicio se descontaría de las facturas no fue cumplida.
El director general de operaciones de Azurix SA, Richard Lacey, dijo que "como gesto de buena voluntad" habrá un descuento en los pagos de los clientes.
Apenas hizo este anuncio, un grupo de manifestantes -donde no faltaron activistas políticos y sindicales- coparon las instalaciones de Azurix. Luego se trasladaron al despacho del intendente Linares, donde hubo algunos destrozos.
En los mercados, la venta de agua mineral y envasada aumentó hasta un 1000 por ciento según los distribuidores.